Étienne, voy
a desnudarme toda por última vez con vos.
Estoy sola,
me quedé sola. Tan sola y triste. No voy a
tratar de eliminar mi sentimiento nostálgico con un poco de licor porque no me
gusta tomar por tristezas, no te preocupés. Estoy rodeada de tanta gente, tanta
gente a la que le sonrío a veces, depende de sus actitudes y sus estados de
ánimo, su humor. A veces depende de los míos. Otra gente a la cual critico
porque así lo permiten. Otra gente para la cual siempre estoy disponible. Estoy
rodeada de otra gente que le gusta usar vestimentas de lentejuelas de
hipocresía. Otra gente no sé, hay de todo aquí. Nada de esto es nuevo.
La verdad es que me siento sola, puede ser
que sea novedad.
Lo increíble es que frente a todo esto, yo no
tengo a nadie cuando estoy sola. No tengo a nadie cuando quiero llorar frente a
frente. No tengo a nadie cuando quiero reír. No tengo a nadie para compartir un
abrazo. A nadie para decirle lo feliz que estoy, ni cuando me siento triste, ni
decepcionada. A estas alturas lo he perdido todo y tengo el presentimiento que
nunca nadie supo nada de mí.
No quiero de ninguna manera que se acerquen a
mí por la lástima al decir que me siento sola. No quiero que me inviten a tomar
café cuando yo ni siquiera tomo eso. No quiero que me inviten a almorzar para
sacarme con cuchara lo que pretendo no decir. No quiero que se interesen en mí
porque luego tendrán necesidad de mi pellejo. No quiero nada. No tengo amigos,
ni familia, ni nada.
En este mundo lo que menos hay es respeto.
Cuando una experimenta la soledad se da cuenta de que ha pasado por el mundo
sobreviviendo, que jamás ha vivido intensamente. Que eso de ser feliz es
meramente un cuento inventado por el que no cree en la realidad. Que todo fue
una falacia, me mintieron todos cuando me sonreían. El doctor me mintió
diciéndome que me repondría pronto de esta enfermedad que aprieta mi corazón.
Me han mentido en todo, hasta en la talla de mis zapatos.
Sobrevivo errando. No le pido perdón a nadie,
finalmente no se puede pasar por la vida pidiendo perdón, es más fácil
callarse, aprender y renovarse. La sociedad tiene envidias, Étienne. He tratado
de no confundirme con lo que hago, de estar segura de mis elecciones, pero
sobrevivo errando. En la noche cuando vuelvo a encerrarme en estas cuatro
paredes pequeñas, comienzo a recordar que mientras anduve caminando por todas las
calles que tuve que caminar, mientras abordaba el medio de transporte
colectivo, que mientras hablaba con el compañero, yo siempre estaba sola…Tan
sola a pesar de estar rodeada de tanta gente.
Bueno, finalmente no nos ponen juntos en el
mismo ataúd. Hay que sobrevivir, adaptarse a la soledad mientras llego a llenar
el vacío de esa caja que espera por mí en alguna de las funerarias capitalinas.
Étienne, no quiero que vayas a venir vos diciendo y aparentando que me
conocías, que yo sí te escuché cuando tenías problemas, que te di un beso que
luego se perdió en el tiempo, y ahora que lees mi carta final y que por fin
correos te la entrega casualmente, revivís esa saliva que embadurnamos en los
labios. No quiero que digás por nada del mundo que yo era tan buena y que
siempre me recordarás, porque eso es mentira Étienne, no vas a recordarme nunca
más, vendrán las gaviotas inundando tu mente e irás con ellas volando y yo no
sé si te vas a quedar en las nubes.
Si hay vida después de la muerte Étienne,
talvez entonces sí nos encontremos y nos demos amor.
Étienne, no quiero que vengás vos diciendo y aparentando que me conocías,
que yo sí te escuché cuando tenías problemas y me diste a cambio nada de vos.
Que te di un beso que luego se perdió en el tiempo y ahora que leés mi carta
final, y que por fin correos te la entrega casualmente, revivís esa saliva que
embadurnamos en los labios. No quiero que digás por nada del mundo que yo era
tan buena y que siempre me recordarás, porque eso es mentira Étienne, no vas a
recordarme nunca más. Quiero que callés y que tu silencio sea constancia de mi
última voluntad. Vendrán las gaviotas inundando tu mente e irás con ellas
volando y yo no sé si te vas a quedar en las nubes. Si hay vida después de la
muerte Étienne, tal vez entonces sí nos
encontremos y nos demos amor.
Quien te añoró,
Rocío
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