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viernes, 31 de agosto de 2012

Epístolas de amor (3)


Carta tercera

París, Enero del 2012
Étienne, estoy triste.

Finalmente decidí venir a París a pasar noche vieja, me encontré en la calle y me ofrecieron dónde dormir, al menos una noche.
  
Fui, después de cenar por ahí, a caminar un poco por “Les Champs-Élysées”, mientras me acercaba al “Arco del Triunfo”, vieras qué bonito Étienne. En el trayecto había gentes de todas partes del mundo, chocábamos los abrigos y bajábamos las miradas, yo miraba las luces que adornaban los árboles, avenidas, rotondas, parques y grandes almacenes. Tomaba fotos con mi cámara de baja calidad, para llevarme más que un recuerdo. 

Después llovía un poco, me fui siguiendo la luz que está en la mera punta de la Torre Eiffel, caminé por varios “Quais” y llegué al fin. Me paré, vi lo inmensa que es, me entretuve tomando fotos y viendo “cons” que desfilaban abrazados junto a botellas de champán. Me detuve a comprar unas torrecitas mientras esperaba que se dieran las doce, aquello me iba a parecer sorprendente por estar en París. Te voy a decir que me llevé una tremenda decepción, la torre no se iluminó más que con unas cuantas lucecitas azules y blancas. Eso fue todo.

Luego de haber esperado el tan esperado momento, me devolví, decepcionada a la morada. Caminé medio perdida entre la gente, pasé por el Sena, caminé esos puentes, sentía el frío del nuevo año. Saqué mi teléfono, miré la hora y le mandé un texto a alguien especial mientras caminaba. Aquella ciudad parecía como la misma ciudad gótica que narran las películas, figurate Étienne, los metros estaban a reventar, la gente estaba a reventar, y esperé hasta casi las 2 de la madrugada para poder caber en uno de ellos. 

Llegué, bien triste, sabiendo que me había caído la lluvia, que tenía ya un día de no bañarme y que mis pies estaban cansados de marchar. Abrí la puerta de la habitación, me senté en la cama y pensé: nada de esto se da en mi lugar. Puse la alarma para despertar temprano, dormí con la misma ropa con la que había llegado. Me había puesto 2 camisas, un suéter y un abrigo. Imaginate el frío que hacía. Desperté, después de 4 horas de haber dormido, me levanté, me fui a baño a lavarme la cara, me alisté, me despedí y fui a tomar un bus para llegar hasta la estación de tren que me traería a donde vivo.

Te escribo ahora desde el tren, los paisajes que se ven por medio de éste son magníficos, pero hoy está nublado. Me entristece. 

Desde el año pasado Étienne, que no recibo recuerdos tuyos. Espero que hayas terminado un año lleno de plenitud, que no me extrañés demasiado. No sería divertido extrañar los dos tan intensamente.
Un abrazo de feliz año nuevo,
Rocío

Epístolas de amor (2)


Carta segunda
Francia, Diciembre del 2011

Estimado Étienne,

Aún no he logrado recibir noticia de vos. Fui ahora a la oficina de correos de esta ciudad a verificar si tenían alguna entrega especial para mí, a corroborar si no se habían equivocado en la dirección de donde vivo actualmente. Bueno, con la distancia, considero que tardan mucho las respuestas en llegar. Además, considero que vos estás ocupado.
Espero saber pronto de vos, que estás bien o mal.

He tenido días agotadores y fríos; pero estoy contenta porque pronto llegan las vacaciones y descansaré de ver las mismas caras todos los días. Me estoy preguntando desde ya qué haré, a dónde iré y con quién. Normalmente no estoy sola, pero estoy lejos de casa, y de ser así, soy una abandonada. Me parece que me entristeceré en esos días, aunque esté contenta. Ya sabés, la nostalgia de la familia, los amigos y las cenas que los unen.
Todavía no logramos nosotros Étienne, una cena de esas, en familia. Si me respondés una carta, seguramente pasará que estaremos en algún lugar cenando juntos. 

Ahora te escribo, después de haberme dado mi ducha nocturna. Me traje al cuarto un té de manzanilla y una vela aromática para poder pensar tranquilamente en vos. También ahora tengo frío Étienne, un frío acumulativo que lo quitaría un par de abrazos de tus brazos y tu pecho. 

Esperaré respuesta tuya,
Quien te piensa en profundo,
Rocío

Epístolas de amor (1)


Carta primera a Étienne


               Francia, Noviembre del 2011

Querido Étienne,


Esta carta, sería como la primera que te escribo, luego del tiempo que dejamos de frecuentarnos personalmente y desde que me vine a encontrar fortuna y razón para vivir en este lugar. No sé cómo estarás, si flaco, si gordo, o rellenito. No sé si has perdido tu sentido del humor, si seguís teniendo ese espíritu de caballero. Contame.

Yo estoy adaptándome, diría, al clima, a las locuciones de esta gente y a las nuevas posibilidades de trabajo. En pocas palabras, voy bien.

Vivimos mucho Étienne. Por eso te escribo, para recordarte que no me olvidés, aunque te sentí bien ausente antes de mi partida. No sé si fue por tu temor a dejarme ir, o por tu valor de abandonarme.

Todavía pienso en los cafés que tomábamos antes de que yo fuera a casa. Pienso en las salidas a los parques del centro de la capital y a los apretones de espalda que nos dábamos. En las locuras que comete el pecho.

Te acordarás, primero si recibís esta carta. Segundo, si me recordás. Tercero, si me correspondés.

Ahora mismo, voy a meterme a duchar. No acabo de desempacar mis ideas aún, la cabeza y el cuerpo me piden que esté fría por un momento. Voy dejándote un beso limpio con olor a jazmines.

Hasta pronto,
Rocío

miércoles, 29 de agosto de 2012

Théo



Vois-tu, me voici très déçue,
Mais vois-tu cette petite fleur qui
Ne fait pas mal à personne.
Vois-tu cette rose, cette orchidée,
Vois-tu ces cœurs de Marie,
Je prends même des feuilles, des arbres, l’automne.
Vois Théo, ce que je fais avec ma vie,
Des étoiles, des constellations, des planètes,
De l’espoir pour un lendemain,
Un champ de rêves éclatants.
Mais qui berce la nuit ton silence,
Car j’avoue Théo, que
Déprimer comme option,
Elle n’est pas la meilleure.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Étienne (inachevé)



Ô, mais de loin, qui voit venir l’avenir, Étienne?

Raccourcir les rêves, voir enfin que tu me prennes,

L’ombre que ton pays m’a laissée, c’est toi,

La cicatrice d’un verre de vin dans ma main, toi,

Tu es le reflex de ces paysages en bateau,

Cascade de baisers tombent dans mon cou, le ciel

Affriolant tu es Étienne, je t’ai dans ma peau,

Tes lèvres charnues un paradis caché, du miel,

Et l’avenir est donc comme une bizarre paresse,

J’attends le jour pour qu’on se fasse des caresses.

lunes, 20 de agosto de 2012

Entrada por ser entrada...


Hoy es una de esas noches donde me siento rara y me dan ganas de hablar con alguien. Hablarle y amanecer ahí discutiendo sobre cosas, cosas de orden, cosas estúpidas también. Me entró la melancolía o la tristeza de repente, siento unas decepciones que me apachan el corazón, esas decepciones por las cuales no dan ganas de despertar mañana, sino hasta el siguiente día, cuando haya olvidado a través de los sueños.
Esto es por el sueño que tuve y por lo que pasé esta tarde…
Lo soñé, y la ventaja de todo esto es que no se dará cuenta, a menos que yo le vaya con el chisme. Cuando me desperté ahora seguía apretando los ojos así fuerte para volverlo a soñar, para oír lo que decíamos y para mirar lo que tocábamos. Todavía tuve el atrevimiento de pensarlo en el bus, venir a la casa y seguirlo pensando, el sueño.
Lo otro es, porque siento que este medio que me encierra está cerrado, no sé por qué hay tanta gente que le cuesta expresar lo que siente, lo que piensa, lo tienen en la punta de la lengua y no lo sacan, de plano. Luego cuando alguien habla, ya es el perfecto porque lo dijo todo en lugar de todos…Si hablar no es un pecado, yo no hablo cuando definitivamente no sé, e incluso cuando me preguntan si no sé, no sé y cuando no estoy de acuerdo lo digo…aunque sea una leyista como dicen…
Siento que nos estamos volviendo estáticos, este medio ya no prospera debido a eso, pareciera que todo lo que los otros dicen son oraciones para el colocho, a las cuales hay que responder amén. Esta bien que tengamos sueños, que soñemos así alto y lejos, otro de los problemas es que muchos nos queremos llevar entre las patas a los otros que tienen sueños menores que los de nosotros. Hay que saber escuchar, y cada vez que preguntamos, debemos preguntarnos a nosotros mismos si de verdad queremos arriesgarnos a oír una respuesta por corta o larga que sea…Es que nos aburrimos.
Me parece que hacerse pasar por simpático sirve de mucho, hacerse pasar por normal también, hacerse pasar por diferente, no está permitido. Lástima que a nadie se le ocurrió crear un lugar para los especiales. Hay tantos tipos de gente…me gusta saber de todos, pero sobre todo de los menos comunes, son interesantes…algunos se hacen pasar por interesantes, esos no me interesan.
En resumen, me siento un poco confundida, también me ha pasado por la mente que no sé qué hacer con mi vida, ni a dónde iré a parar. Trato de vivir 24 horas al día, en el pasado pienso poco, de todas maneras es pasado y con revivirlo no vuelvo al pasado, si volviera cambiaría muchísimo de lo que viví, así que ya no tiene caso. En el presente no me va de maravilla, ni aunque me cuestionen me explicaría racionalmente…el futuro me lo planteo de lo peor, así como vamos…

viernes, 17 de agosto de 2012

Reflexiones en el metro europeo


Cambios y cambios de comida.
Tengo mucho que decir desde que vine a las Europas. El cambio se me ha hecho violento a pesar de que siempre hay gente que me trata bien y se preocupa porque tenga un buen séjour en casa de ellos. A pesar de eso no dejo de sentir esta extrañeza en mi ser, me siento algo huraña y poco convencida de que me acostumbraré a los cambios tan repentinos.
Yo sabía, yo sabía y estaba tan segura de que ésto no es la maravilla, admito que los lugares que he visitado son bonitos, pero ninguno ha llegado al punto de excitarme. No como lo solía hacer en mi terruño que con tanta pobreza y tierra lograba enloquecerme y que los pueblos por ser tan vivos me sostenían los pies para no dar un paso más y quedarme con ellos. Ya ví, ya conozco un poco Nancy, Strasbourg, Berlín, Bruselas, Brujas, Lila, Boulogne sur Mer, Arras y Reims…No han sido las mejores vacaciones de mi vida lo confieso, sino creo que las más pésimas. Apenas y podía caminar después de dos días de estar en Berlín, y toda la semana que seguía se me hizo una tragedia, la gente no comprenderá jamás el dolor que una siente y entonces comprendí a la gente que no puede caminar y me dije qué útiles son las piernas y rodillas! Los europeos están acostumbrados a recorrer kilómetros sin ninguna torpeza arterial, lo mío ya es cosa de vejez creo, y de mala costumbre. Cuando estuve dando vueltas me quería regresar pronto a este rincón que se ha vuelto mi casa extranjera, y que me gusta mucho. La gente en aquellos rumbos me quitaba la paciencia, simplemente no soporto la gente que se estresa conmigo, que no habla, o que simplemente no dice nada bueno…que sólo mira. Confieso que hay gente de las Europas que piensa que las Europas es el único continente en el mundo. Las vacaciones pasaron y eso me alegra, esta experiencia y todo lo que me reservo quedan en mi recuerdo.
Ese ambiente de mezclarme también se me hace raro, aquí para conocer gente es de salir a los bares, hacerse de amistades rápidas y “duraderas”, cosa que yo no hago. Le dije a Toño, me mantengo siempre recta, y soy la misma después de un mes y pico, las muchachas dicen que estoy loca y también me tomé el tiempo de explicarles cómo es nuestra vida en El Salvador, el peligro que se corre en las calles y que no podemos divertirnos de la manera que los europeos la hacen. Creo que se quedaron asombradas y me miraron con…lástima! Jajá. Mi diversión no depende del alcohol, las salidas a las discotecas, ni la ropa más cara. Yo río, disfruto cuando escucho música, sigo escribiendo de cuando en vez, me vuelvo loca por hacer limpieza y tener todo impecable. Eso no es locura por si acaso, sino más bien tener orden, lo que pasa que aquí las niñas no están muy acostumbradas a eso, y como tienen tanta facilidad para hacer los quehaceres, la puta aspiradora, lavavajillas, lavadoras y muchísimas cosas más que “facilitan” la vida. Yo por mi parte prefiero seguir haciendo las cosas como me las enseñaron en casa: escoba y trapeador, lavar la ropa a mano, cuando se puede, porque he de confesar que en todo este tiempo la ropa se me curtirá de haber pasado tanto por la lavadora. Y me arrepiento de haber traído calzones blancos…ahora son seminegros y semirojos…Qué tontera!
En cuanto a la comida soy sincera cuando me preguntan, simplemente no me gusta del todo. El trigo es una cosa tan simple, yo prefiero el arroz. Del tiempo que llevo una tan sóla vez he comido el arroz, no me gustan las lentejas, no me gustan los frutos del mar, no me gustan los platos sofisticados, no me gusta la cebolla…La otra vez que me comí una “tarte flamblée” con la paja que era especialidad  de Strasbourg, creo que ni lo pensé pero empecé a quitarle la cebolla en frente de todos, y justo me dijeron en coro: “Erreur fatale”, tant pis me dije. No voy a comer algo que no me gusta. La comida es muy cara…esta vida es cara y no quisiera estar aquí toda la vida. Tengo mucha suerte de venir a trabajar, y que justamente para poder darme mis gustos tengo que socar la panza, de lo contrario no me va a alcanzar para conocer lugares, aprovecho hoy porque no sé cuándo vuelva…
Siguiendo con las comidas, es una tontera dar 10 euros por una hamburguesa, o casi los 10 en el McDonalds, de verdad, yo no haría eso todos los días, y qué decir de las papas…Si son la misma mierda que en mi terruño, de especial tienen…las salsas que saben feo, ah y el precio claro. También es una tontera dar tanto dinero por una copa de vino, champagne o lo que sea, ese me lo gusto me lo doy una vez al mes por si acaso y si no hay pues hay que esperar las invitaciones. Ya me estoy cansando de las comidas pesadas en la “cantine” de los institutos, es mejor que cocine a mi gusto y coma un poco más nutritivo. Si yo no mal recuerdo en Sívar no tomaba leche porque me daba curso, aquí he tenido que topar, ya aprendí a tomarla cruda y semidescremada. Ese té caliente por las noches, ese pan baguette con algún tipo de quesos, esas pastas tan simples, esos ejotes de vaina delgadísima, esas papas congeladas…Y los chocolates que no son lo mío pero si tienen licor los prefiero todos. Una de las más íntimas confesiones que puedo hacer es que ya aprendí a utilizar el cuchillo, aunque si me siento en un ambiente familiar prefiero seguir comiendo con los dedos o sólo el tenedor. No quiero y no debo de cambiar eso, aquí hay gente que utiliza tenedor y cuchillo para comerse una putilla hamburguesa. Ya se me ocurrirá algo más...ésto es parte del recuerdo que tengo del metro al que me encaramé en Bruselas.

Remiremont, noviembre 4, 2011

jueves, 16 de agosto de 2012

Soledad


Jamás había sentido tan sola la soledad...
Ni tan propensa a los vicios humanos...
Ni tan vacía...
¿Es eso lo que quería?
Soledad, ahora sí llevás el nombre de soledad...
Ahora sí, soledad, sos un sentimiento.
Ahora sí sos el adverbio de lugar más apropiado, soledad.
Solitaria, estás.
Ahora sí, se te pudren tus raíces.
Ahora sí te plantaste con los solos.
Ahora sí te embriagás con alcohol.
Ahora sí te contaminás los poros y otros orificios de tu cuerpo con tabaco.
Ahora por fin estás sola.
Y ahora sentís lo que los solos sienten.
Jamás había sentido tan sola la soledad.
En una palabra soledad...Existís.

Noviembre 1, 2011

Nuits


Nuits de satin,
Entourés de mensonges,
En manquant du talent,
Nos cœurs qui battent et battent.

Nuits de cristaux,
En courant notre cour,
Nos âges si pâles,
Quand on est con ou fou.

Nuits de merveilles,
De magnifiques échelles,
Nos langues perverses,
Qui nous éloignent à l´inverse.

Mayo 28, 2011

A veces


A veces quisiera que no fuéramos tan ciegos
y que pronto nos diéramos cuenta de lo que
se esconde tras ese cristal lujoso de mentiras,
y que a veces fuera la sangre de arrepentimiento
la que rodara bajo este subsuelo que lleva el color
mismo de la venganza.
A veces desearía vigilar el pensamiento
de cada uno de los seres inertes
para saber y dotar mi destino,
y así mismo prevenirlo de las malas situaciones,
y que a veces no fuera yo la que se humillase
en esa cantina alcoholizada de vergüenzas
que dejan por desear los humildes pensamientos.
Sólo a veces y a veces amaría respirar aire muerto,
para que entonces se purificara la necesidad
de lo que la historia ha dejado.
A veces no sería tan fácil prolongar
los destinos ya echados al fuego,
sólo a veces sería él mismo que los quemase
frente a una indirecta reunión de ideas,
cuando eso precisamente pase,
no sería mi mano derecha capaz y testiga
de jurar un testamento que nunca ocurrirá.
A veces pienso que serían cenizas
en vez de realidades y heridas que se toman muy a pecho,
próximamente que la lluvia y el viento las alejaría
del mismo hecho de ser reveladas.
Y es que a veces ese manto estelar que nos cubre,
nos esconde fraternalmente
de lo que no queremos saber.
Simplemente porque estamos ciegos...
A veces y sólo a veces el cristal lujoso logra romperse
a través de los ojos de la verdad.
¿Entonces a veces basta ignorar el hecho de que las mentiras existen?
Sólo a veces...


Julio 2010

Seducime


Vino y pólvora con tu aspecto humano
Se me suben tus manos al pelo.
Y tus ojos miran abajo,
Lo imperdible que es mi ombligo.

Ardés,

Seguime seduciendo...

Carta hasta allá


Querido El Salvador:
Estoy muy feliz de saludarte, aunque es irónico porque ni siquiera te veo para darte un beso y un abrazo. Tus tarjetas virtuales no me hacen ni cosquillas y ni siquiera me recuerdan a vos porque yo te tengo siempre en el pensamiento. Bueno, de todas maneras voy a contarte cómo voy.
De antemano te digo que sos el único que merece mis cartas, ésta no te la voy a mandar por correos o por internet. Te la envío vía pensamiento, la única manera en que estamos en contacto vos y yo.
Empiezo, cuando yo vine a este extraño lugar, me pareció todo muy hermoso, las hojas del otoño me recibieron con sonrisas, tanto que las que reían más alegremente eran rojas, las que reían con inocencia eran amarillas, las que reían con amargura eran cafés, y las que reían con fe eran las verdes. El sol era fantástico, no ardía tanto como allá, pero hacía bien mirarlo en medio del cielo azul, era caluroso y mis pasos bajo estos efectos también lo eran. Todos estos verbos están en tiempo pasado…así fue como sucedió, en aquel entonces.
Y si me permito contarte el presente, seguramente querrás venir a buscarme, de la misma forma que yo te iría a buscar ahorita mismo. Todo ha empezado antes de despedir el año, veo el cielo que baña las tierras con frecuencia, veo todo tan gris, ¿Y quién dijo que el gris fuera color rojo?, veo todo tan lejos, triste, demasiado triste y frío. La nieve que es blanca y pura no me llena de alegría ni de paz, al contrario, me llena de mierda. Aquí, ponerme un suéter no basta, de barato son cuatro, dos pares de calcetines, un par de botas especiales, una doble bufanda, un gorro, guantes, una licra y un pantalón, aún así se “cuela” el frío, pero es más frío no tener abrazos, eso no lo sabe todo el mundo, salvo los que tenemos frío.
¡Qué locura sería en El Salvador vestir así!
Jamás pensé que los tiempos así me permitieran la tristeza.

¡Te extraño todo país mío!

Cuna de mi infancia y causante de mis rebeldías,
Revelación de mis años y aroma de mis alegrías.
Siguiendo, te confieso que extraño tanto a una parte de mi familia, y extraño tanto a mis amistades, tengo amigos íntimos, los que no cambiaré por amigos encontrados al paso. Aunque aquí alguna gente es muy amigable y trata de hacerme sentir como en casa, nunca jamás será igual. Creo que esto algún día tenía que llegar, ese malestar de ser ajena. Pues ya llegó y qué va, no puedo sacarlo tan rápidamente, pero es bueno sentirlo, finalmente si no experimento la verdadera soledad nunca sabré cuál es la verdadera alegría.
En cuanto a la experiencia te puedo decir que he logrado ciertos objetivos, y te mentiría si te digo que he fracasado porque esto no termina aún, y los cuatro meses que me faltan son para seguir saboreando este coctel de emociones, al final yo sé que derramaré lágrimas por dejar tan lujoso lugar.
Espero que vos, terruño mío, estés bien en lo que yo ya sé, no te puedo pedir más. Deseo que me esperés con tus fronteras abiertas, con tu sonriente sol, con tus sucias carreteras, con tu aire contaminado, con tu cálida gente, con tu lluvia pasajera, tu agradable música, tu particular transporte público, tus bazares en la calle, tus históricos monumentos, tus alegres pueblos, esperame con todo lo tuyo, país mío.
Hasta muy pronto!!
Con amor,
La luna

Remiremont, enero 2012

Elle

Elle est folle comme la folie des sages.
Elle est sérieuse comme le souffle du  vent
Elle est gaie comme le soleil en Amérique
Elle est bête comme les changements climatiques
Elle est chaleureuse comme le chauffage en hiver
Elle est tendre comme le printemps
Elle est spéciale comme les cadeaux sans prix
Elle est compliquée comme les mathématiques
Elle est belle comme les tulipes en Hollande
Elle est chocolat quand il n’y a pas de fraises
Elle c’est elle.
Elle est sage, courageuse…et cætera.
Elle est, en plus, ces choses que je ne sais pas encore.
Et pour l’instant je suis certaine qu’elle est comme elle est.
Moi, j’espère qu’elle sera toujours elle.
Puis, elle c’est elle. 



Remiremont, le 9 janvier 2012

Résumé


Au début, j’avais peur de venir…
Peur de partager ou de montrer mes habitudes aux autres.
Une fois sur place, j'ai eu peur de rester.
La première semaine j’avais du « jet lag »
Au bout de quinze jours j’ai bien aimé les fromages.
Après une dizaine de repas j’ai pris des kilos.
Je connais la définition du mot « voyager » depuis mes premières vacances
Ca fait trois mois que je suis devenue alcoolique
Au bout de quelques mois je n’arrive toujours pas à dormir.
J’ai perdu le moral avant Noël
Depuis l’année dernière je ne vois pas briller le soleil comme à Sívar.
Par révolte je me suis fait couper les cheveux
J’ai commencé à comprendre ce que veut dire « être patiente » quand on est impatiente.
J’ai appris que savoir parler français n’est pas seulement savoir parler, mais savoir écouter, communiquer, produire et surtout faire des progrès.
Maintenant je sais comment est la vie quand on se débrouille toute seule, je ne suis pas prête à laisser mon enfance de côté.
Je ne suis pas sûre d’y retourner et revivre ce que je vis maintenant puisque je n’aurai plus 21 ans.
Depuis 7 mois je sais ce que veut dire « bosser » et gagner sa vie à l’extérieur
Après le mois de mai on m'oubliera.
À la fin de cette expérience, malgré le froid, malgré la pluie, malgré la neige…
Malgré tout ce qui est mauvais, ce qui crée dépendance, obsession, amour, contentement et folie…
Je serai heureuse d’avoir vécu en France,
D’avoir rencontré des gens trop sympas
D’avoir fait des belles amitiés
D’avoir trop bu et trop mangé
D’avoir voyagé et découvert
D’ailleurs, ça va être chaud de dire « Au revoir »


LUNA, Rocío
Fait le 6 janvier 2012 à Remiremont, France.

El desayuno en breve.

Nos sentábamos todas las mañanas, frente a frente en la mesa de la cocina luego de darnos una buena estirada en la cama y quitarnos los cheles. Amanecíamos bien, no teníamos conflictos por las noches y nuestros tés de manzanilla y pop corns se nos hacían clásicos en las noches de películas. No nos dormíamos hasta tarde porque la hora de despertar se nos haría eterna, siempre preferíamos dormir a una hora moderada.  El desayuno era un ritual, uno ponía el agua para el café, el otro batía los huevos para hacerse un omelette de jamón con queso, a veces en los fines de semana que nos levantábamos una hora más tarde que de costumbre, decidíamos hacer un desayuno más completo. Era como un bufete, teníamos frutas como sandía, piña y papaya, nos gustaban el yogurt  y el cereal era indispensable.  Uno siempre respetaba los gustos del otro, era lo que hacía la buena convivencia, tanto para soportarnos y vivir tranquilamente, aunque a veces no muy tranquilamente.
Nos tomábamos el desayuno, ninguno de nosotros leía el diario o veía las noticias. Lo de nosotros era más bien el silencio, pero conversábamos poco claro está, entre el sí y el no. Tampoco pasábamos horas en la mesa, solo nos veíamos a veces, las miradas y las risas que lo dicen todo o casi todo, o esas que dejan dudas. En una de esas, desayuno en domingo, antes del paseo por la tarde en el parque, me preguntó: ¿y a dónde te gustaría ir?
No sé le dije, estoy comiendo y bajé rápidamente otra vez mi mirada al plato de cereal.
Sólo te preguntaba porque me gustaría llevarte.-
Terminemos de comer le dije y discutimos luego.
A mí me gustaría ir a Hamburgo.
A mí sólo me gustaría terminar de comer tranquilamente, le respondí.
No me gusta insistir ni discutir, pero en este desayuno vale la pena.
Todos los desayunos son iguales le dije, lo único diferente es lo que comemos.
No absoluto me respondió, los días jamás vuelven a ser iguales.
Me levanté en son de enojo, incomprensiblemente. Era neurótica.
No volvimos a tocar el tema, los desayunos volvieron a ser como siempre, las noches también y todos los rituales en casa.
Unos meses pasaron, nos sentamos y casualmente con el mismo desayuno de lo que hubiera sido nuestra única gran plática en la mesa, volvió a decirme que quería viajar conmigo.
Mi estado era menos grave ya, él no sabía de la intensidad de mi enfermedad y nunca le quise decir nada. Pero ahora lo comprendía mejor, le dije que lo veríamos pronto, sólo que no lo discutiríamos ese día.
Siguió insistiendo como niño para salir de su cuna, lo hablamos detenidamente, lo comprendí  y firmamos pacto para salir de viaje.
Mientras pasaba el tiempo y esperábamos el dichoso viaje, se nos fue haciendo costumbre la plática por las mañanas, reíamos en el fregadero y reíamos hasta dejar limpio todo. Pero nunca me animaba a decirle lo que me pasaba. Convivimos mucho tiempo antes de decidir vivir juntos y del viaje y nunca pensamos en casarnos, nos conseguimos de distintas partes, en fin.
Estaba muy emocionado en partir y con sus ahorros me había comprado lo necesario, una maleta morada poco grande y otros utensilios. Desde que le dije sí tenía la sonrisa de tal payaso callejero. La última noche antes de partir nos dormimos luego, yo estaba un poco cansada y él lo notó, me dijo nos vamos a la cama ya que mañana es el gran día.
A las 4 de la mañana sonó el despertador, pero uno de los dos ya no estaba

La crise (inachevée)


Aujourd’hui je suis plus calme.
Ça arrive, à des personnes normales aussi, quoi que je sois spéciale. Ça arrive comme l’hiver partout, à n’importe quelle heure, sans rendez vous fixe, je parie.
Je ne connaissais rien, je me couchais vers 23h, après avoir bu du thé de camomille, juste pour me calmer ou pour faire pipi pendant la nuit, puis après avoir de l’insomnie. Ce n’était pas très cool du tout mais j’y réfléchissais.
Je pensais à tout, à tous, au monde entier et je n’existais pas.  Il était très difficile à me trouver, à me retrouver. J’étais bien perdue, maintenant je suis perdue. C’est juste l’intensité du mot qui change.
À cette époque là, je ne flippais pas. C’était du bonheur.

Ces jours-ci, je n’ai pas le courage, ni la force, je n’ai plus jamais de tolérance. Je ne sais pas quel est le cœur du problème. Je croyais que rien n’avait changé. D'après ce que je vois, tout a changé. Je me suis trompée, et quand on se trompe on se corrige, on se pardonne, on recommence et on oublie et on ne fait plus les mêmes fautes. Voilà ce que je n’ai pas pu faire pour moi. Je n’accepte pas mes défauts, je ne pardonne pas mes fautes, je n’oublie point. J’ai la tête en l’air, je suis entourée des mensonges qui plaisent au moment donné.
Rien ne m’intéresse, je ne veux rien. Qu’est-ce que j’ai fait du mal ? Je n’ai plus de larmes. C'est bête.
Je n’existe pas.