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sábado, 16 de marzo de 2013

Lo que sucede ahí, en el transporte colectivo.



I
 
Están ahí.
En su interior,
En medio y a las orillas de esa lata oxidada.
Como especialidades de sardinas en aceite:
Aquejándose del aumento de pasaje,
De lo insano que están los asientos,
Del ruido que cantan los que venden dulces,
De los que piden monedas con tono desamparado,
De los guitarristas.
Van insultando al conductor peludo, colocho y con gorra
y de aspecto sucio que no hace las paradas correctas.
Todos como una granja puñetera.

Saudade



Se trata de ella,
Que me importa si me piensa.
Recuerdo el marzo del ayer,
El marzo que nos hizo agarrarnos de la mano
Y profundizar lo que otros meses vivimos.
El último maldito día de marzo en que yo
No estaba preparada para decirle adiós;
Y sin embargo, la dejé ir
Ahogándome en un vaso de lágrimas.

Por el deseo de vivir



Cierro los ojos apretando el corazón,
Camino despacio buscando revolución,
Dibujo escenas de vida que nadie ha vivido
Mastico la menta de la alegría,
Lloro hasta que de mis luceros corra sangre
Me embriago de amargura hasta que reviente el hígado,
Grito tan fuerte, como cuando violan a una mujer,
Río tan lento para alargar la algarabía,
Oigo las chicharras sólo para entorpecer mis oídos,
Huyo de lo que no es mío
Busco las tinieblas,
Busco el amor,
Busco la música,
Busco diversión.
Todo sea...
Por el deseo de vivir.

Prometo-confieso.



Prometo comerte a versos los oídos,
Confieso que sos difícil de conquistar,
Pero prometo hacerte reír,
Confieso que el amor ya no existe,
Por eso prometo darte sólo placer.
Confieso que tu boca me paraliza,
Prometo volverme dinámica cuando la contemple.
Confieso que tus pasos son lentos,
Pero no prometo esperarte.
Confieso que no me gusta amar,
Pero prometo ser mujer de placeres intensos.
Confieso que no soy tuya,
Pero prometo ser mía por siempre
Confieso que quiero verte,
Prometo no enloquecer por tu carne,
Confieso que estás ahí cerca,
Que te querés hacer el confuso como yo,
Que querés a otra para evadirme,
Prometo no molestarte, estoy cerca.
Prometo no confundirme,
Prometo no desear a nadie más.

La casa


 
De aquí depende lo que soy
De esta casa, de la habitación donde duermo
El espacio donde me muevo y con
Quien converso.

Llevo conmigo,
el olor a roedores,
Una seriedad en mi ser que es silencio
Un silencio que es llanto que mece la luna
Un querer con medida y a medias.

De aquí,
La violación  a los caramelos,
Al pan dulce, y a los refrescos en la cena,
La aparición de mi celulitis.
El abuso a las telenovelas y el poco
Interés a la lectura.
El exceso a lo imposible.

De aquí se producen
Las fantasías sexuales y se fabrican
los juegos de palabras para
No declarar lo que deseo.


De aquí viene todo el encierro de mi vida,
Una soledad interminable,
El manojo de frustraciones, el sí
El no, el tal vez; el mañana y el después
Y el nunca sin dejarlo atrás. Lo indecisa.

Aquí se escribe la lista
De metas pegadas en el refri de la cocina en vez
De una lista para el mercado,
De aquí viene todo, de la casa.
Donde se originó mi vida, mi educación,
Mi falta de sensibilidad, mi honra
Las desventuras y tristezas que se desploman cuando miro
fijamente el confín de las circunstancias.

No tiene que haber casualidades y seguir la línea del bien
Es establecer el bienestar del hogar, de la palabra.

De aquí,
El repertorio de desdichas y aplausos.
Todo viene de la casa.