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jueves, 16 de agosto de 2012

A veces


A veces quisiera que no fuéramos tan ciegos
y que pronto nos diéramos cuenta de lo que
se esconde tras ese cristal lujoso de mentiras,
y que a veces fuera la sangre de arrepentimiento
la que rodara bajo este subsuelo que lleva el color
mismo de la venganza.
A veces desearía vigilar el pensamiento
de cada uno de los seres inertes
para saber y dotar mi destino,
y así mismo prevenirlo de las malas situaciones,
y que a veces no fuera yo la que se humillase
en esa cantina alcoholizada de vergüenzas
que dejan por desear los humildes pensamientos.
Sólo a veces y a veces amaría respirar aire muerto,
para que entonces se purificara la necesidad
de lo que la historia ha dejado.
A veces no sería tan fácil prolongar
los destinos ya echados al fuego,
sólo a veces sería él mismo que los quemase
frente a una indirecta reunión de ideas,
cuando eso precisamente pase,
no sería mi mano derecha capaz y testiga
de jurar un testamento que nunca ocurrirá.
A veces pienso que serían cenizas
en vez de realidades y heridas que se toman muy a pecho,
próximamente que la lluvia y el viento las alejaría
del mismo hecho de ser reveladas.
Y es que a veces ese manto estelar que nos cubre,
nos esconde fraternalmente
de lo que no queremos saber.
Simplemente porque estamos ciegos...
A veces y sólo a veces el cristal lujoso logra romperse
a través de los ojos de la verdad.
¿Entonces a veces basta ignorar el hecho de que las mentiras existen?
Sólo a veces...


Julio 2010

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