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sábado, 14 de mayo de 2011

Mayo es un asesino...


A partir de mayo, el primero de mayo el día de los que “no trabajan” por justificarse con el día del trabajo, como si yo en mi cumpleaños no trabajara, tampoco hay un día para la Rocio Luna, tampoco las “mamás” dejan de trabajar en su día, ni las secretarías, ni las enfermeras , ni los ebrios…
Mayo comienza de cierto modo incierto, para mayo me han dejado muchas esperanzas, entre ellas, el próximo viaje que cambiará mi vida de cierta manera, en dónde me enseñaré a ser independiente y alejarme de esa locura de depender tanto de mi familia. Tendré por fin, que comprar mis calzones sola, mi comida, mi ropa y a mí estrambótico gusto, escucharé la música sólo con mis oídos y caminaré, posiblemente me encontraré con muchachos, que es lo más seguro… Y mamá pregunta, ¿Cuándo vas a trabajar? Algún día mamá, algún día, sólo dejame aprovechar esta “adolescencia”.  La segunda de ellas es que el ciclo ya se acaba y así me tengo que soportar menos los oficios de universitaria, me desvelo demasiado escribiendo sobre mis cosas personales y tratando de encontrar inspiración de madrugada, últimamente mayo se está convirtiendo en tal asesino que ya no duermo bien, las 6 de la mañana se han hecho tan típicas para despertar y no volver a pegar los ojos hasta como eso de las 11 de la noche o más.
En mayo, a mí no me gusta festejar el día de las madres, pero generalmente cumplo con estas reglas que la sociedad ha puesto, y no es simplemente porque no quiera quedarme atrás, es que hay algo más, que no lo escribiré por razones personales, es que me cuesta entender…Sólo son unas reglas, las demás me salen sobrando. Y quedo un poquito corta de dinero, los vueltos cuando mi mamá me manda a comprar, los vueltos de los pasajes, y eso se va llenando una cajita, porque ni alcancía quiero tener, pero se me acaba. En realidad no me pesa tanto gastar, el bolado es que no me cuesta a mí, apuesto que si me costara sería una tacaña de lo peor. No sé, vamos a ver, pero con eso de que el internet nos ahorra las dificultades de dinero, postales electrónicas, facebook, messenger y otros más, creo que seguiré siendo ahorrativa de cierta manera.
Mayo me está asfixiando, no sé por qué ahora me siento más jodida que antes, que enero para ser explícita, no eran las vacaciones, ellas me joden la existencia, soy mujer de hogar pero no de seguir órdenes, me cuesta, tengo que hacer las cosas por voluntad propia y no por mandato, me gusta cocinar pero todo tiene su momento, me quita la paciencia hacer dos tipos de comida, la carnívora, y la vegetariana, es difícil eso, hacer un plato para cada clase, los cálculos a veces se me van de las manos, y las bolsitas de pimienta “Mccormick” quedan desperdiciadas, yo cocino a los ocho días, ahora ya ni los viernes “libres” puedo pasar en la casa y si llego temprano, antes de almuerzo mejor paso comprando algo al centro para evitarme la fatiga de llegar y ver que hay en el refrigerador para cocinar. Me cansa el viaje de San Sívar a mi cantón, en cuestión  me duelen las nalgas.
Mayo se está volviendo vulgar, llueve y hace calor, para los que lo sienten,  yo creo que estoy enferma y puedo dormir “diagalán”, mayo, no sé qué tendrá mayo para matarme. ¿Será que estoy enloqueciendo fácilmente? Algo de especial tiene mayo y ni siquiera es mi cumpleaños. Mayo es el mes en que reviví mi blog, sí es cierto, pero es un sitio más, ¿Qué de novedoso tendrá? Empiezo a sospechar, y es que estoy escribiendo con más frecuencia, sentimientos y obscenidades, toda una paleta de dulces de colores, no me estoy transformando, siendo que cuando estoy frente a este trasto me sincero, y cuando me levanto me convierto en la bestia que muchos ven en el día, la de la cara fea, o la “relajita”. Escribir me mata, mayo sobre todo, qué buen mes para matarme…
Escribir mata las banalidades, me hace no viajar, es cursi, sino sentir otras cosas, a veces cuando tengo ganas de escribir siento algo bien raro en mi cuerpo, como algo que pica y si no me rasco escribiendo, esa picazón me seguirá jodiendo hasta que pierdo las gotas de inspiración…Cuando escribo me gusta oír de mi música, la “rara” dicen, casi nunca encuentro alguien con mis propios gustos musicales,  estoy segura que por algo hay una gran variedad.
 En mayo me estoy volviendo más descuidada de mi aspecto personal, lo cual no me deprime, al contrario me gusta, tengo mis etapas y hay días que me gusta repellarme la cara y no en exceso, no quiero parecer modelo extravagante, si hay algo con lo que puedo lucir será con lo que haga, ¿pero mi apariencia? Creo que no sé dónde la estoy dejando, seguramente sigue en el bote de la ropa sucia esperando lavarse. No me preocupa, y eso que a veces tiendo a combinar colores, soy mujer por naturaleza y veo en los colores belleza del arte.
Mayo me dice que me estoy poniendo arrugada de la amargura…Mayo apenas está alucinando, aunque el otro día estaba viendo una fotografía que me tomaron de noche con mi sonrisa fingida y me vi las patas de gallo, las fotos ya no me gustan, fueron aquellas imágenes de mis años mozos donde me gustaba hacerle gestos coquetos a la cámara ahora evito las luces, cierro los ojos y no me ridiculiza pero me gana el primer pase a la paciencia.
Siento que mayo no termina, apenas ni la “quincena” llevamos, asesino más maldito mayo, que le agradezco por estos torrentes de encanto, el rocío inspirador, y que me dan tantas ganas de llorar cuando escribo, he hecho muchas cosas con el llanto en las manos, agua pura sobre el teclado, muchas cosas de las cuales algunos no las merecieron. Y no les lloro a ellos ni a ellas, sino al hecho de haberme destruido el sentir y haber clavado el sentimiento que le llamamos amor y no por pareja precisamente. Hago generalmente las cosas con amor, la ira es mi enemiga desde hace unas pocas semanas, me quiero alejar de todas aquellas enfermedades, como lo he dicho en muchas ocasiones, la envidia, la infidelidad, la hipocresía, los celos, la calumnia…Me voy a tomar pastillas de olvido y empezaré justo cuando mayo me mate.

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