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domingo, 8 de mayo de 2011

El romance es mejor cuando el mango ya ha madurado.


Mientras tanto le ponemos otros ingredientes como la miel, sal, limón, etc., que quitan poco a poco el auténtico sabor del mango. Por lo tanto maduro no necesita de ningún otro ingrediente más que instrumentos, manos para pelarlo y boca para devorar el dulce sabor. Bingo, hago esta excitante comparación con el romance, cuando somos chicos nos ilusionamos y vivimos pensando en el día que aparecerá un sapo y se convertirá en príncipe azul, o cuando alguna abeja reina se hará princesa…Vivimos creando ideales mientras tanto y a veces es porque así nos han educado, las mejores familias esperan siempre quedar con las mejores familias, pero como dicen que para eso del romance no hay límites, pero no me quiero involucrar en las cosas tan típicas que pasan los noviazgos yo sólo quiero hacer una comparación entre el mango maduro y el romance maduro.
Y como cuando estamos chicos cometemos muchísimos errores, vivimos dejando a una pareja sabiendo que a los pocos días se podrá reemplazar, una ventaja, la juventud. Pero la juventud no es dar la vida a joder con un/a y otro/ a tipo/ a, la juventud es más bien ser pleno, sentirse bien. Como por experiencia puedo decir que a veces nos cegamos a estos inconvenientes del amor, a veces la pareja suele dominar con dosis de celos o migrañas excesivas de amor. Sin embargo como reflexión de estos últimos días, que hasta hace poco me ha caído la peseta que el romance es mejor cuando el mango ya ha madurado. Sí, antes creía pensar lo mismo pero jamás me tomé el tiempo para reflexionar y creer. Siendo más maduros tomamos las cosas con más formalidad, con esa seriedad de “adultos” y con ese amor florentino, las emociones son más fuertes porque son más responsables y con exactitud sabremos si amamos o no a aquella persona. Tendremos el carácter de aceptar o rechazar lo que no nos parezca, mientras que de muchachos dudamos muchísimo, o decimos a todo sí mi amor.
De muchachos las palabras amorosas se hacen baba, y hasta llegamos a perder peso, mientras que de mangos maduros controlamos más este tipo de cualidades. El amor es verdaderamente ameno cuando se sabe disfrutar, el amor es tan falso cuando nos negamos a enfrentarnos a una realidad…Considero que cualquiera que diga: Yo he tenido muchas relaciones, simplemente no es porque sea un príncipe o una reina, es más bien porque no ha sabido complementar sus necesidades y eso justamente no debe ser objeto de orgullo, como para muchos lo es y se sienten muy deseados, yo prefiero mil veces enamorarme de un solo hombre a que hayan pasado 25 por mis huesos. Es simple, el romance es mejor cuando el mango ya ha madurado.

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